|
NOTICIAS DEL REPERTORIO para recibir nuestro newsletter semanal o mensual con toda la programación haga click aquí . |
Roberto Aguirre Febrero de 2016 |
La larga primavera del teatro de Repertorio Cuando uno era chico, y me refiero a esa generación maravillosa de mediados de la década del ’50, pensaba y/o soñaba con los mandatos familiares de ser médico, abogado, ingeniero. El tiempo y la historia fueron minando esas expectativas y fuimos ingresando a la vida. La vida que no nos dio opciones sino que se las quitamos, se las arrebatamos para ser hoy lo que somos. Y es una alegría inmensa no ser lo que se debía ser. Ahora bien, nunca uno lleva en su mochila o en sus sueños el abrir una sala. Y no digo preproducir, ensayar y montar una obra de teatro en este siglo XXI en este Buenos Aires, violento y acalorado. Me refiero a un día así como cuando desayunas y luego vas y abrís una sala de Teatro. Y abrir una sala de teatro en un barrio nunca es una opción. Ni siquiera es un sueño transferible. Tal vez los dados cayeron de canto y todavía estamos en el limbo de la vida. Entonces ese imposible de a poco, con trabajo, con manos y corazones amigos comprometidos, se va acercando. Primero el núcleo fundador del Teatro de Repertorio trabajó en escuelas, centros culturales hasta en iglesias. Luego fuimos refaccionando pequeñas salas de centros culturales prestados como por ejemplo el Museo Rómulo Raggio. En ese hermoso espacio cultural de Vicente López y con la enorme generosidad del gran Miguel Raggio fuimos construyendo un mundo teatral, un espacio, un elenco, un público. Allí fuimos felices. Vimos el mundo del teatro atravesando los jardines para llegar al Teatro que nos deparó tantas noches hermosas de búsqueda e investigación. El núcleo aumentaba su número y calidad artística. Pero todo avanza, todo se supera. Todo va hacia donde tiene que ir. Y nosotros nos fuimos y llegamos al terreno de Melo donde la vida nos esperaba. Acomodada en un rincón de los recuerdos construimos un Centro Teatral definitivamente nuevo. Abrimos la Sala de Danza y la señalamos con el nombre de una maestra Patricia Stokoe. Un salón generoso de 8 x 16 mts. Donde el circo, la danza y el teatro tienen cabida. Un lugar soñado por muchos. Luego abrimos la Sala Rubén Bustos, en homenaje a un compañero que batalló desde los tiempos del centenario, una sala para teatro independiente con 100 butacas y un mundo a dibujar. Un escenario de 8 x 8 mts y las convenciones abiertas hacia el mundo del teatro. Una sala increíble en el corazón de Florida, Vicente López. Y por último le tocó a la Sala Susy Virasoro una locura entrañable para representar obras de cámara con sólo 30 espectadores. Un lugar para visitar la magia de la creación artística. Un abismo que llama al abismo. Esta Sala viene trabajando hace años pero ahora le pusimos nombre, la identificamos. Cobra su identidad y abre un abanico de posibilidades difícil de soñar. Recuerdo los tiempos en que Onofre Lovero luchaba por el Teatro de los Independientes. Jaime Kogan bregando por su Teatro Payró y muchos otros que levantan el telón cada semana para albergar los sueños del mundo y el tiempo. Aquí en Vicente López, en el corazón de la zona norte, donde comienza la provincia, nosotros nos armamos de coraje y superamos el vértigo abriendo un Espacio Escénico con 3 salas de Teatro y Danza. El origen del mundo nos marca el camino. La batalla cultural se impone por goleada. Nuestro paso por este tiempo nos señala un destino. El Teatro de Repertorio agradece a la comunión de las estrellas el pasaje hacia el corazón del teatro independiente. Creemos en nosotros pero también confiamos en el otro. En el vecino, en el amigo, en el familiar, en el funcionario, en el chofer, en el maestro de escuela, en las mujeres de su casa, en los empleados del banco, en las cajeras del supermercado, en la casa de la lotería, en la fiambrería y en cada uno de los trabajadores de la zona. Confiamos y creemos en que la vida nos está dando la posibilidad de ingresar al encantamiento con el otro. Aquí en Vicente López estamos lustrando las botas y comenzamos a marchar hacia las estrellas porque en nuestro firmamento las distancias, los límites los ponemos nosotros. Y no marchamos porque somos militares sino porque el camino sigue siendo sinuoso y nos preparamos para pisar la tierra desatenta. El futuro es verdad que es nuestro. Y que responde a nuestra fuerza de trabajo. Pero también es verdad que el motor funciona a sangre. Y la sangre no debe derramarse en la arena del tiempo. La sangre es la vitalidad en movimiento. Movimiento propio y de cada uno de los compañeros de andanzas y realidades. El teatro corre sus convenciones y saluda al otro. Saluda al que está y al que está por venir. Nuestra sangre cubre las puertas, las luces, los vestuarios y también las voces de los artistas. Y seguimos. Siempre seguimos. Conscientes, voluntarios y con un objetivo común. |